viernes, 5 de septiembre de 2014

Guardianes de la galaxia (Guardians of the galaxy, James Gunn, 2014)



Las adaptaciones de cómics han sido el último El Dorado que Hollywood ha encontrado a la hora de seguir atrayendo masas a los cines (o mejor dicho, y desgraciadamente, multicines), y dentro de esta tónica, Marvel ha sido la ganadora indiscutible, y rivalizaría con Pixar como la irrupción más fuerte a nivel económico en Hollywood en los últimos 20 años (lo siento Mr. Spielberg, pero DreamWorks / DreamWorks Animation se han quedado en tierra de nadie, a pesar de algunos aciertos y pelotazos).

Y digo económico, porque a nivel creativo y artístico, la ganadora indiscutible es Pixar (aunque lleva 3-4 años dando algo de tumbos... Esperemos que 2015  con Inside Out sea su vuelta a las Grandes Ligas), aunque a lo mejor algún día escribo más sobre esto. Como digo, desde 2000 con X-Men (idem, Bryan Singer), se ha vivido un auténtico boom del género super heróico, alimentado por una base de fieles seguidores, que gracias al avance en VFX, han podido ver recreados en la gran pantalla sus personajes favoritos. Es verdad que antes hubo buenos ejemplos, como las adaptaciones de Superman por Richard Donnero los Batman llevadas a cabo por Tim Burton (obvio los esperpentos de Schumacher), pero hasta ese año 2000 y el éxito de los X-Men no se abrió la veda de las adaptaciones de cómics, llegando a puntos de auténtica saturación.

Pero volviendo al tema que nos ocupa (me disperso con facilidad), Marvel ha sido la gran vencedora. Después de unos inicios algo titubeantes, vendiendo ciertas licencias como Spiderman y el motorista fantasma a Sony; Hulk a Universal; X-Men y Daredevil a Fox, debido a problemas económicos muy graves, supo rehacerse y en el verano de 2008 presentó Iron Man, bajo el manto de Paramount Pictures (Norteamérica y Sony en el resto del mundo) y El increíble Hulk, una especie de reboot-continuación del (magnífico) film de Ang Lee (Hulk, 2003), con Universal Pictures, con una idea muy arriesgada: generar un universo compartido en varias fases por los personajes de los que disponía los derechos, lo cual implicaba la presentación de Iron Man, Hulk, Thor y el Capitán América, y cuya traca final serían su unión en una única película: Los Vengadores (que venía a ser el sueño húmedo de muchos aficionados a los cómics).

La apuesta le ha salido perfecta a Marvel, que ha ido de pelotazo en pelotazo, salvo El increíble Hulk, que sin ser un fracaso como tal, ha sido la que ha tenido los resultados más pobres en cuanto a rendimiento económico (y artísticos también, aunque sobre el modelo de producción de Marvel habría que tener una entrada propia, que da para largo). Gracias a este éxito (Los Vengadores es la tercera película más taquillera de la Historia tanto a nivel mundial como a nivel doméstico en Norteamérica), Marvel ha podido continuar con sus planes, explotando un poco más sus personajes-franquicia más importantes, con segundas y terceras partes de Iron Man, Thor y Capitán América en una denominada Fase Dos, que culminará en 2015 con Los Vengadores 2.

Este modelo creo que tiene una caducidad muy limitada, puesto que no creo que se puedan seguir ofreciendo continuaciones y más continuaciones de los mismos personajes hasta que lleguen al Final Boss definitivo, Thanos, puesto que acabarán aburriendo a su público, y en este ambiente, Marvel decide salirse por la tangente y para su Fase Tres, han decido tirar de unos personajes muy secundarios dentro de su catálogo, como Ant-Man, Dr. Extraño y estos Guardianes de la Galaxia, y darle toda la libertad del mundo a su responsable, James Gunn, para llevar a buen puerto esta aventura.

¿Lo han conseguido? En parte sí, y en parte no.

Guardianes de la Galaxia supone un soplo de aire fresco (aunque no es una cinta redonda) dentro de las adaptaciones Marvel por varias razones, las cuales paso a explicar.

Los más chulos del barrio

El sólo hecho de no ver one more time al Capi América, Thor o Iron Man ya es un punto a favor, porque como digo, ya empieza a cansar ver a los mismos tipos una y otra vez. Ya el sólo hecho de esta novedad: nuevos personajes, nuevos mundos, nuevos problemas hace que el interés por el film sea mayor.

Gunn ha decidido tirar por el lado más aventurero, pulp y desenfadado, dejando a un lado la oscuridad, la seriedad y toda sensación de trascendental en la historia. Dicho esto, hay que reconocer que para abrir la película con una de las secuencias más dolorosas y tristes del mundo Marvel, pasemos a unos títulos de crédito totalmente ligeros, desmitificadores y por qué no, cachondos, una suerte de homenaje-parodia (aunque sin llegar a esos niveles de parodia del trío ZAZ) de En busca del Arca perdida (luego volveré a las similitudes con Indiana Jones).

Esos créditos ya te demuestran que esta cinta es una especie de homenaje-regalo para aquellos que crecimos en los 80 y con ese cine de aventuras  (espaciales o no), llenas de humor, sin (falsa) trascendencia, puro entretenimiento y diversión. Inocentes, en el buen sentido de la palabra, y ese tono se mantiene a lo largo de todo el metraje.

La cinta, aunque tiene como protagonista principal a Peter Quill/Star-Lord, se cimienta en el grupo y su relación entre ellos, no por el famoso objeto que va de un lado para otro y que puede ser el que destruya la Galaxia, bla, bla, bla, bla.. (este es uno de los puntos flojos de la cinta), y hace que el público conecte con la historia y con ellos gracias a su pasado, dibujado a pinceladas, pero muy precisas: todos son unos outsiders, por un motivo u otro, y esas sencillas ideas sobre ellos hacen que no pierdas el interés por ellos y por la historia.

Además, la relación entre ellos, desde su unión hasta su verdadera toma de conciencia como grupo está salpicada de roces tamizados de un humor muy llevadero, nada de trazo grueso, con coñas para todos los públicos, pero que no averguenzan a los adultos y los niños pueden seguirlas (o al menos casi todas) sin problemas. 

Aquí hay que señalar el perfecto casting que tiene esta película. Todos están perfectos, sabiendo en el tipo de película en el que se encuetran y entiendo sus personajes y lo que necesitan en todo momento. Sobresale Chris Pratt, con una interpretación mezcla de la pose, chulería y carisma de Indiana Jones y Han Solo, y también a Rocket y Groot, que también se convierten en unos robaplanos totales, por presencia y carisma.

Es verdad que hay un par de giros de guión un poco cogido por los pelos, porque si no la historia no podría avanzar y esos por que sí (la sirvienta de El Coleccionista y el desarrollo del personaje de Drax) lastran el conjunto de la cinta, amén de un malo que no llega al nivel de carisma e interés del grupo, puesto que hay un Final Boss por encima de éste (el famoso Thanos) que hace que se diluya y no tenga el contrapeso necesario para hacer que sientas peligro o tensión por los protagonistas.

Es quizás el precio a pagar por tener una cinta tan desprejuiciada y cachonda: el contrapunto de los protagonistas es nulo y hace que la película no llegue a ser la Star Wars de esta generación (Star Wars tenía un "malo", Darth Vader, que era cojonudo, porque acojonaba, daba sensación de peligro).

En resumidas cuentas: un paso adelante en el mundo de las adaptaciones Marvel, que no es redonda por esos "defectos de fábrica", marca Acm... digo Marvel: el dichoso objetito que puede suponer el fin de la galaxia y que todo el mundo persigue y la falta de un rival digno para estos Guardianes de la Galaxia, que deja coja de épica e intensidad a la película.

No son defectos graves, y espero que Gunn los solvente en la medida de lo posible para la ya anunciada secuela, a estrenar en 2017.

De todas formas, una cinta que acaba con los Jackson 5 se le puede perdonar todo. 

Momento glorioso:


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