jueves, 19 de febrero de 2015

Whiplash (Damien Chazelle, 2014)



Pues menuda sorpresa me he llevado con esta cinta. Con algo de pereza por verla porque el resumen del argumento no me atraía demasiado (ese duelo entre alumno y maestro cabrón está más visto que el tebeo) y el trailer español no levantaba el vuelo, sumado a unas voces de doblaje que mataban toda esa pretendida fuerza en los personajes... Y sin embargo nos encontramos con una de las películas más electrizantes, con más ritmo, pasión, mala ostia y acabado formal más conseguidas del pasado año. 

¡Toma ya!

Como digo, la historia puede parecer trillada, pues es la historia de un alumno de primer año de uno de los mejores conservatorios de música en Nueva York, Andrew (interpretado MUY BIEN por Miles Teller), en este caso un batería, con talento y ganas de triunfar, aunque algo retraído y con problemas de adaptación social, que es "descubierto" por Flectcher (JK Simmons es DIOS, directamente), el director de la banda del conservatorio, un ser mítico por su dureza y su perfeccionismo. Fletcher es un personaje muy sibilino, que utiliza muchos recursos psicológicos, desde el adulamiento o ganarse la confianza de los alumnos y luego los machaca sin piedad si cree que han cometido un fallo y no logran la perfección a la hora de tocar cualquier tema.

A partir de aquí, Andrew y Fletcher entran en una dinámica de destrucción mutua, con pequeñas batallas ganadas por ambos, pero que van dejando un reguero de consecuencias personales (Andrew viaja de la timidez a esa soberbia del retoño que es el protegido del gran maestro, se cree mejor que nadie, desprecia a su novia y a sus compañeros de banda, el odio a Fletcher, a la decepción, etc... hasta que llega al clímax de la película, una secuencia soberbia en cuanto a ritmo, tensión y ejecucion, tanto a nivel foral como evolutiva de los personajes, sencillamente MAGISTRAL. Miles Teller le aguanta el ritmo a JK Simmons de manera soberbia, y es capaz de mostrar la montaña rusa emocional de su personaje, con total naturalidad. El chico lo da todo, y aunque el premio gordo es el personaje de Fletcher, me parece injusto que no se le reconozca tanto como a JK Simmons, que repito, es DIOS. Así de simple, así de sencillo.

JK Simmons sabe que está ante el papel de su vida, por el que ganará todos los premios habidos y por haber, porque su Fletcher es un cabrón de tomo y lomo, un ser maquiavélico, mezquino, mentiroso, manipulador... y frustrado por no haber llegado como músico a la cima. La interpretación se Simmons es soberbia, se sabe el plato fuerte de la peli, el roba escenas total, y lo disfruta. El recital que ofrece de interpretación con el cuerpo, la voz, los gestos, las miradas es sencillamente espectacular, y dibuja un personaje intresantísimo, por mezquino, por políticamente incorrecto, por cabrón.

La labor de Chazalle me ha sorprendido muy gratamente. La dirección tiene un ritmo brutal, con una puesta en escena muy cuidada y preciosa. El tipo sabe dónde colocar la cámara, cómo moverla (de nuevo vuelvo al climax de la película), y sabe dónde y cómo meter lo cortes para el montaje. 

En definitiva, un grandísimo trabajo.

Una película enorme.

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