miércoles, 28 de enero de 2015

Nightcrawler (Dan Gilroy, 2014)



¡Enorme y feliz sorpresa esta Nightcrawler! Desde ya una de las películas Top del cine USA del pasado 2014, y junto a Perdida (Gone girl), la gran olvidada de los Oscar (y de la temporada de premios en general), aunque una vez vista, "entiendo" ese olvido porque estamos ante la cinta con más mala ostia del año, un puñetazo al estómago seco, duro y contundente, un viaje a lo más sórdido de la condición humana, rebajada a lo que sea (y quiero decir, literalmente, lo que sea) por tal de conseguir una exclusiva, del morbo, de cuánto más sórdido mejor, por unos míseros puntos de share.

Esta cinta supone el debut en la dirección del guionista Dan Gilroy (también autor del libreto de la película), guionista de El legado de Bourne (The Bourne Legacy, 2012) y Acero puro (Real steel, 2011) y donde seguimos las andanzas de Louis Bloom, un tipo solitario, que sobrevive con pequeños hurtos y trapicheos, con un piquito de oro para intentar aparentar seguridad en sí mismo y convencer a su interlocutor, y que descubre una nueva forma de ganarse la vida que es ir grabando cualquier tipo de suceso (atraco, tiroteo, incendio, etc...) que ocurra por la noche en Los Ángeles para venderlo a una televisión local para que lo emitan en el informativo de primera hora de la mañana. Y en este viaje, vemos como su inmoralidad e ilegalidad va in crescendo, hasta convertirse en uno de los mayores hijos de la gran puta que he visto en muchos años en una película. Tal cual. No sólo roba para conseguir el material de grabación, sino que explota laboralmente a un chaval al que contrata para que le ayude, manipula las escenas de los accidentes o tiroteos para lograr mayor dramatismo a sus vídeos e incluso llega a sabotear la furgoneta de un rival para que tenga un accidente y se lo quite de enmedio y, en el colmo (como si lo anterior no fuera ya suficiente), engaña a su ayudante para que un narco le mate y pueda grabarlo.

Este Louis Bloom es un personaje muy rico y complejo: solitario, pero a la vez amargado y frustrado por no haber conseguido lo que el cree que se merece (reconocimiento público, dejar de ser un do nadie). Es rencoroso, vengativo, frío y muy calculador. Como digo, es un cabrón sin ningún tipo de escrúpulos... Pero que gracias al excepcional trabajo de Gyllenhaal, con su caracterización, su actuación corporal y su uso de la voz, totalmente vivo y creíble. Un tipo que se mueve como pez en el agua entre lo más bajo de lo más bajo, y que encima sobrevive de manera que te deja, como espectador, una sensación de impotencia y rabia como no había sentido en mucho tiempo viendo una película.
Gyllenhaal se está forjando una carrea tremenda, donde demuestra su versatilidad a cada peli que hace. No es que sea uno de los mejores (sino el mejor) actores de su generación, es que creo que, ahora mismo, es uno de los actores top del cine USA.

Como e comentado antes, la película no es nada complaciente, no sólo por Louis Bloom, sino por quien le rodea, como Nina, interpretada por René Russo, la productora del turno de noche de la cadena local a la que Bloom vende sus vídeos. Otro personaje despreciable porque no sólamente no tiene ninguna ética profesional, sino que anima a la gente como Bloom a que le siga trayendo más material de ese tipo, porque en el fondo, sabe lo qué es lo que vende. Sabe que la sociedad también se siente atraída por el morbo de lo truculento, del sensacionalismo, y ella lo sabe y se lo sirve en bandeja de plata. Excepcional la secuencia, tras el clímax, en el que, emocionada por las imágenes que le ha traído Bloom (donde manipula a la policía para conseguir una detención y engaña a su ayudante para que lo maten y tenerlo grabado), le da las gracias por la calidad del material que le ha traído. 

A mí se me cayó el alma a los pies. No es que sea un alma cándida, ni mucho menos, pero yo no tengo estómago para hacer lo que hacen estos personajes, y como sé que estos comportamientos ocurren en la vida real, me deja más a cuadros todavía.

Como digo, esta cinta no deja títere con cabeza, y es tremendamente descorazonadora. Te muestra las miserias humanas (y de la sociedad como conjunto) de una manera muy cruda, directa y seca. Como digo, una película muy incómoda para premiar. Es verdad que, por ejemplo, Denzel Washington y Daniel Day-Lewis han sido premiados por interpretar a personajes "malos, por así decirlo, como el Teniente Alonzo o Daniel Plainview, pero es que el nivel de hijoputismo que tiene la película en general, y Louis Bloom en particular, es de nivel Maestro de Maestros. En serio.

La historia está pperfectamente construída, y somos partícipes de la evolución de Bloom de raterillo a auténtico desgraciado de manera milimétricamente estudiada: la evolución es constante pero fluída, in crescendo, sin pausa, pero tampoco atropelladamente, con personajes muy bien escritos y ricos en matices y lados oscuros (hasta el ayudante de Bloom es un cabroncete, pues le amenza con desvelar todos sus chanchullos y manipulaciones de escenas si no le paga más dinero, y es lo que provoca la venganza de Bloom, que le cuesta la vida), y la dirección de Gilroy es enérgica. La puesta en escena es tremenda, con un look muy bueno, y aquí hay que felicitar el trabajo de Rober Elswitt como director de fotografía, captando el look nocturno de Los Ángeles, que se convierte en un personaje más de la película.

Una película excelente. Necesaria, incómoda, pero excelente. 

Peliculón.


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