martes, 20 de enero de 2015

El francotirador (American Sniper, Clint Eastwood, 2014)



Clint Eastwood es un grande del cine americano. Lo ha demostrado sobradamente y a sus 84 años sigue dirigiendo como pocos saben... Pero Eastwood también es muy americano, en el patriótico sentido de la palabra, y esta historia le ha venido como anillo al dedo.

Empiezo diciendo que esta película me ha decepcionado un poco, más por su texto que por su aparato formal (aunque tiene dos o tres detalles impropios de un tío con el nivel de Eastwood), que sigue siendo excelente, por cuanto Eastwood es el último representante del clasicismo a la hora de planificar, rodar y montar una película.

Como he comentado, Eastwood es muy americano, en cuanto a patriotismo (aunque vaya a su bola), y nunca lo ha negado ni ha renegado de ello (ni tiene por qué hacerlo), y la historia de Chris Kyle le ha venido como anillo al dedo, pues una historia, no sólo en su base argumental, sino también en su desarrollo muy americana, en cuanto a conexión ideológica y sentimental del personaje protagonista con las audiencias estadounidenses (de hecho, lo está petando allí, pulverizando todos los récords de taquilla), basándolo en la idea de Dios-Patria-Familia... Y como digo, si bien en USA lo está petando, no tengo muy claro que esta cinta triunfe más allá de sus fronteras debido precisamente a esto. Es una película tan americana, que creo que sólo ellos son capaces de entender y sacarle el jugo a la película, porque desde luego yo no he sabido o podido hacerlo.

Quizás la culpa ha sido mía por esperar otra película e Eastwood nos ha hecho un "Zas! En toda la boca" épico porque nos ha dado exactamente lo que él quería ofrecer, y no lo que un europeo esperaba: algo por y para el público estadounidense.

Debido a esto, la película tiene un problema, a mi entender, básico, y es la desconexión emocional con el personaje de Chris Kyle, lo que llevado al extremo, hace que no me importara nada de lo que ocurre y que fuera perdiendo interés rápidamente por la película. Kyle es un texano de manual, con una educación muy religiosa (la secuencia de la comida familiar, con el padre explicando a Kyle y a su hermano que en el mundo hay tres tipos de personas: lobos, ovejas y perros pastores, a consecuencia de una pelea de los hermanos en el colegio es muy representativa), un cowboy súper patriota que cuando ve por la tele los atentados de Al Qaeda se alista porque tiene que proteger a su país, bla, bla, bla, con un entrenamiento durísimo (aquí está expuesto el espíritu de superación)... Como digo, todo muy "Made in the USA", y esa forma de ver el mundo tan blano-o-negro, sin grises, no la entiendo y hace que te vayas distanciando poco a poco de la película. Además, la cinta toca algunos palos pero no se adentra en ninguno: todos los iraquíes son terroristas malosos, y los pocos que no lo son, mueren a manos de sus malosos y terroristas compatriotas (una descripción muy maniquea de la situación); el conflicto entre los sentimientos de Kyle por volver a Iraq para ayudar y proteger a sus compañeros con su mujer, que no quiere que vuelva, sobre todo cuando tienen hijos, está planteado y desarrollado de forma muy esquemática y simple, sin profundizar ni en lo uno ni en lo otro; luego tenemos esa especie de archienemigo en la forma del francotirador iraquí, que recuerda mucho a Enemigo a las puertas (Enemy at the gates, Jean Jaques Annaud, 2001) pero que se vuelve a quedar en tierra de nadie porque tampoco es uno de los focos de la película... Es decir, a nivel de texto, está todo muy disperso. Quieren abarcar mucho, y al final no profundizan en nada. Por supuesto, de las motivaciones o derivaciones políticas de la intervención militar en Iraq ni entran, total, para qué, si eso al público USA no le importa, y el remate es el giro que tiene el personaje de Kyle, que de la noche a la mañana, y a consecuencia de una sólo acción, pasa de ser un yonki de la guerra, muy patriótico él y tal, para querer volver a su casa y no querer saber nada más de la guerra (y aquí, tenemos uno de los momentos más surrealistas: en medio de un tiroteo infernal, el personaje de Kyle no se le ocurre otra cosa que llamar a su mujer para decirla, medio llorando, que ya está listo para volver a casa... WTF!!!). El personaje de Kyle no tiene una evolución psicológica clara a lo largo de la película, y eso es un problema achacable al guión, que quizás debería haberse limado más, porque no es creíble de de repente, con tres pinceladas muy breves a lo largo de 100 minutos nos creamos ese giro que da. 

Todo esto a nivel de guión, pero a nivel formal hay algunas cosas que me han chirriado, como la cámara lenta cuando Kyle abate al francotirador iraquí, impropia de un tío con la clase de Eastwood, rozando la comedia involuntaria en su afán de buscar la epicidad para ese momento (me ha recordado a la cámara lenta que emplea Shyamalan al final de El bosque, cuando el personaje de Ivy escapa del de Noah) y el empleo de muñecos de plástico MUY CANTOSOS para los planos de los bebés... Muy cutres. 

El resto está al nivel habitual de Eastwood en cuanto a planificación y dirección, con Cooper dándolo todo (se nota que el tío ha estado súper implicado y sabe que éste puede ser uno de los papeles de su vida, sino EL papel) y Sienna Miller simplemente acompañando. No es que su personaje requiera de más. Simplemente correcta.

En fin, como digo, a nivel de texto, me ha sido imposible conectar con la película, más por un problema ideológico que por otra cosa. No es que sea ni mejor ni peor. Las cosas son así, pero me quedo con la sensación de (ligera) decepción con esta película de Clint Eastwood.

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