lunes, 17 de noviembre de 2014

Interstellar (Christopher Nolan, 2014)



Christopher Nolan se ha ganado durante los últimos 10 años, cuando estrenó Batman Begins, el calificativo del nuevo Rey Midas de Hollywood, el niño mimado de Warner Bos ya que era de los pocos que ofrecía blockbusters de calidad, que triunfaban en taquilla pero cuyas intenciones últimas iban más allá del mero entretenimiento o el simple pasatiempo.

Si bien antes de empezar su visión del Caballero Oscuro ya había llamado la atención de Hollywood con Memento e Insomnia, sendos thrillers que, dejando a un lado el andamiaje formal de la primera y el carácter de remake de la segunda, dejaban claro que Nolan era alguien que se preocupaba de rascar aunque fuera un poco en sus personajes, de mostrar sus aristas y miserias, con comportamientos que ponían en duda la catadura moral de los personajes. Con Batman Begins empezó a llegar al cielo (perdón por la broma fácil) gracias al nuevo enfoque que le dio al personaje de Batman/Bruce Wayne, que no era otros que colocarle en un mundo realista y en un estudio psicológico del protagonista más exhaustivo, más serio y más oscuro de lo que nunca se había hecho con él en el cine.

A raíz de los monumentales éxitos de El caballero oscuro (The dark knight, 2008), Origen (Inception, 2010), una cinta de ciencia ficción original, y la conclusión de su trilogía sobre Batman con El caballero oscuro. La leyenda renace (The dark knight rises, 2012), Nolan definitivamente alcanzó el status de Dios en Hollywood. Podía hacer lo que quisiera, que Warner se lo pagaría sin rechistar y su nombre se convirtió en una marca para el gran público, algo muy raro en el caso de directores, y quizás sólo al alcance de los más grandes actualmente, como Spielberg, Fincher, Tarantino, James cameron y quizás Peter Jackson.

Y con estas, tras cerrar la trilogía sobre Batman y poner en marcha como productor el universo cinematográfico de DC con El hombre de acero, Nolan anunció que su siguiente proyecto sería Interstellar, una cinta de ciencia ficción escrita por su hermano Jonathan acerca de viajes hacia otras galaxias por agujeros de gusano, basada en las teorás del científico Kip Thorne, y que durante algún tiempo fue una película de la que se iba a encargar Steven Spielberg.

Obviamente, la expectación fue tremenda, más si cabe según se fueron conociendo detalles sobre la película como el casting, con la incorporación de Mathew McConaughey, ganador del Oscar al Mejor Actor en la pasada edición y que venía de una serie de papeles en los últimos 3-4 años (The Lincoln lawyer, Mud, Dallas buyer club, su cameo en The wolf of Wall Street y la serie de TV True detective) que lo habían propulsado al estrellato y el respeto crítico, su rodaje con cámaras IMAX, secretismo total y absoluto sobre su rodaje, la Warner poco menos que se bajó los pantalones ante la Paramount para poder entrar en el proyecto y conseguir los derechos sobre los mercados internacionales, parecía un proyecto de ciencia ficción hard, con más ciencia que ficción, y por último, unas semanas antes del estreno, se supo que Nolan consiguió que Paramount estrenara Interstellar dos días antes de su estreno general en Norteamérica sólo en analógico en unos cuantos cines (copias en 35mm, 70mm e IMAX), etc... En fin, lo que viene siendo un acontecimiento digno de verse.

Pero en estas que se publicaron el teaser y el primer trailer y yo me quedé un poco con la sensación de Bua!, ni frío ni calor, una sensación que no había tenido nunca con sus películas anteriores, que como mínimo me habían dejado con ganas de verlas. Y llegué a la conclusión de que a Nolan le había llegado su momento "Porque yo lo valgo", "Soy el rey del mundo" y que se creía lo más grande desde Kubrick y que con  esta cinta lo iba a demostrar y demás se llevaría todos los Oscar habidos y por haber, por esta película y por lo que creía que le habían ninguneado por The dark knight e Inception.

Y una vez vista la película, tengo que reconocer que Interstellar es una cinta fascinante, no redonda por algunos problemas que ya comentaré más adelante, pero fascinante en su conjunto, con algunos momentos tremendamente emocionantes, de lo mejor de la obra de Nolan, y también tengo que reconocer que el director británico es un tipo muy valiente por hacer lo que ha intentado hacer con una superproducción, y sólo por eso merece reconocimiento.

En Interstellar, la Tierra sufre un problema con una plaga que mata los cultivos y a la población por problemas respiratorios a causa del polvo, que lo recubre todo. La falta de recursos ha hecho que todo el mundo se vuelque en la agricultura. En ese ambiente, conocemos a Cooper, un antiguo ingeniero y piloto espacial y a su familia, su hijo mayor y su hija. Los 3 conviven con el suegro de Cooper. En esas secuencias, descubrimos que la ciencia ha sido erradicada y muy pocos pueden ir a la universidad ya que todos los esfuerzos van dedicados a la agricultura, algo a lo que Cooper se opone. Él es distante, y su hijo es conformista y asume sin problemas que su destino es ser granjero, algo a lo que Murphy, la hija de Cooper y el propio Cooper se niegan a ser. La química entre McConaghey y la joven Mackenzey Foy es total, y hace que la audiencia sea partícipe de esa conexión padre-hija, aunque sea a través de la "frialdad" del estudio científico, algo que Cooper no deja de inculcar en Murphy. La relación padre-hija es básica para los intereses últimos de Nolan respecto a la película, puesto que, en el fondo, Interstellar no es otra cosa que una carta de amor. 

Porque para Nolan, el amor es la mayor fuerza del universo. Ese es el mensaje de la película. De una película recubierta de ciencia ficción no apta para todos los públicos. De una película que ha involucrado a dos Estudios y 3 productoras más. De una película de 165 millones de dólares de presupuesto.

Ahí radica la valentía de Nolan. Con dos cojones. Este año se han dado dos casos de trolleo nivel "maldad máxima" contra un gran Estudio: Noé (Noah, Darren Aronofsky) e Interstellar. Y ambos casos, estaba Paramount de por medio, a la que se la han metido doblada en el mismo año. Dos veces.

Semejante mensaje, por la valentía que representa, requiere de un salto de fe (venga, otro chiste fácil) muy grande para el espectador sino le dan motivos para ello, y el director británico no es quizás el más indicado para ello, aunque creo que en esta película ha pulido mucho su estilo. Nolan se ha caracterizado por ser un cineasta frío, tanto a la hora de rodar como a la hora de el desarrollo de las emociones entre los personajes. Él tira más por los grandes conceptos e ideas más que preocuparse de que la audiencia conecte con los personajes de forma más íntima. Y sin embargo, en esta película, Nolan tiene varios momentos, en mi opinión, que son de los mejores de su obra a la hora de emocionar no sólo al espectador sino de conseguir conectarles con sus personajes. No lo consigue durante todo el metraje, pero sí que anda más fino que en otras de sus películas.
Obviamente, el peso emocional de la película está entre los personajes de Cooper y Murphy, primero de manera muy cercana, cómplice, pero algo fría debido al carácter de Cooper (algo distante y frustrado por la situación general presente y futura y por frustraciones personales debido a un accidente cuando estaba pilotando) cuando están juntos y luego en una relación que se enfría por el paso de los años por las paradojas espacio-tiempo, pero mantenida por el amor de Cooper por su hija y por la fe que tiene ella en él, aunque la marcha de Cooper la rompiera el corazón cuando era una niña.
Es verdad que la narración y desarrollo de la relación puede parecer no toda lo fluída que quizás debiera ser, pero a mí me convenció. En relación a ese tema, he leído muchas críticas respecto al personaje del hijo y su relación con Murphy y Cooper, críticas que no comparto: como comenté unos párrafos más arriba, el es un conformista (como bien le dice a Cooper durante el partido de beisbol, a él no le disgusta a idea de ser granjero; y en uno de los videos que le manda a Cooper cuando ya está en el espacio, él le dice que tiene la segunda mejor nota y que ser segundo está bien) y aunque Cooper le quiere porque es su hijo, a Nolan lo que le preocupa es resaltar el poder del amor incondicional y la fe ciega en otra persona, en este caso representada en la relación Cooper-Murphy. Además, el personaje del hijo representa la crítica de Nolan contra la involución que sufre el planeta, olvidándose de la ciencia, en una especie de vuelta al primitivismo básico de hace miles de años (tanto esfuerzo y avances para al final, volver casi al punto de partida: no una sociedad de cazadores-recolectores, pero sí a una sociedad basada única y exclusivamente en la agricultura).
Quiero destacar las interpretaciones de MacConaghey y Jessica Chastain, que en mi opinión hacen dos verdaderos papelones, nada fáciles, y que creo que son la mejor dirección de actores de Nolan junto con Ledger en El caballero oscuro. Ambos están soberbios, pero sobre todo hay dos planos fijos, uno por cada actor, y en silencio, que son estremecedores: el de Cooper rompiendo a llorar cuando empieza a ver los mensajes acumulados durante los 23 años que han pasado en la Tierra desde que bajó al planeta cubierto de agua con olas gigantescas y el de Chastain mandando su primer mensaje a Cooper el día que ella cumplía los mismos años que tenía Cooper cuando inició la misión.
Sencillamente geniales, y los pelos de punta y la piel de gallina.
Anne Hathoway está más que correcta, con su monólogo sobre el amor y su creencia que podía atravesar el espacio-tiempo.
El resto de personajes, van de lo profesional (Matt Damon como el Dr. Mann y David Gyasi como Romilly) a lo intrascendente (Wes Bentley como Doyle) al piloto automático que lleva Michael Cain como el profesor Brand. Es verdad que el papel del profesor Brand no requiere nada especial, pero se le nota que simplemente se deja llevar.

Como he comentado algo más arriba, en esta película, Nolan consigue varios de los momentos más emocionantes de su carrera, como toda la secuencia del acercamiento y entrada en el agujero de gusano o el acoplamiento de la Endurance. Ello es posible no sólo gracia al talento visual de Nolan, sino también a la música de Hans Zimmer, que vuelve a crear atmósfera en vez de melodías, como ya hizo en La delgada línea roja, y esto le sienta de maravilla a la película. La verdad es que Zimmer es un tipo que cuando quiere, se marca unos scores muy buenos, pero también es un poco perrete y se deja llevar muy a menudo por la vagancia de Media Ventures y las melodías prefabricadas.

Un par de aspectos negativos sobre la cinta:

- No sé si es por problemas a la hora de escribir el guión o bien porque ha habido material que se ha quedado en la sala de montaje, a veces la narración es algo atropellada, como el descubrimiento de la NASA y la partida de Cooper en la misión. 
Es decir, pasa todo muy rápido, aunque pensando más en la película, yo creo que se justifica en que una vez llegamos al final de la misma y conocemos el desenlace, es como si todo estuviera ya predefinido y fuera a ser así. A fin de cuentas, es el ser humano del futuro distante el que crea el agujero de gusano y muestra a Cooper dentro del teseracto que el amor puede atravesar el espacio-tiempo con la gravedad. Y ese control podría hacer que todo estuviera preparado. A fin de cuentas, esa es la gracia de la paradoja: Cooper se ve a sí mismo en el pasado desde el futuro, que es su presente. Y así podíamos entrar en buce infinito.
Aún así, creo que es algo que no creo que quede bien plasmado del todo. Aquí tirón de orejas para los Nolan Bros.

- La fotografía de Hoyte van Hoytema me ha decepcionado. Primero porque hay varios planos desenfocados o rozando el fuera de foco, lo cual en una producción de estas características me sorprende que ocurra. Minipunto negativo para el foquista y maxipunto negativo para el director de fotografía. Además, creo que hay un abuso de los primeros planos que le resta espectacularidad visual a la película. No digo que la peli no tenga sus planos molones y/o bonitos, pero sí que daba para lucirse más. Igual ha sido decisión conjunta entre Van Hoytema y Nolan esa contención visual, y si es así, lo acepto, pero lo de los planos fuera de foco es imperdonable.

De todas formas, los aspectos negativos creo que no ensombrecen a la película, ya que los valores positivos que acumula, empezando por la valentía de Nolan para hacer lo que ha intentado hacer, son mayores.

Como digo, me ha parecido una película fascinante. Puede que no perfecta, pero sí fascinante, por intenciones, por ganas de llegar más allá de lo convencional.









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